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En una época donde podemos encontrar casi cualquier alimento durante todo el año en los supermercados, muchas personas han perdido la conexión con la temporalidad de los alimentos. Sin embargo, en Nutrilife Sevilla defendemos una alimentación basada en el sentido común, en lo natural y en lo consciente.
Una de las mejores decisiones que puedes tomar para mejorar tu salud, cuidar el medio ambiente y ahorrar dinero es comer productos de temporada. A continuación, te contamos por qué esta práctica ancestral sigue siendo la más inteligente hoy en día.
🌱 ¿Qué significa comer productos de temporada?
Comer productos de temporada es mucho más que seguir una moda o comprar lo que está en oferta. Es un acto consciente y natural que consiste en elegir alimentos que han sido cultivados y recolectados en el momento óptimo del año, siguiendo su propio ciclo de vida, sin alteraciones forzadas ni procesos artificiales para acelerar o prolongar su conservación.
Cuando hablamos de productos de temporada, hablamos de alimentos que:
● Se han cultivado en condiciones climáticas adecuadas, sin necesidad de invernaderos industriales.
● No han sido transportados desde la otra punta del mundo, por lo que mantienen mejor sus propiedades nutricionales y organolépticas (sabor, textura, color, aroma).
● No requieren conservación en cámaras frigoríficas durante semanas o meses, lo que reduce el impacto ambiental y asegura que consumas alimentos realmente frescos.
Volver a la temporalidad es volver a la lógica natural de la alimentación
Durante miles de años, las personas han comido lo que la tierra les ofrecía en cada estación. Esa sabiduría tradicional no solo respetaba el equilibrio del ecosistema, sino que también respondía de forma perfecta a las necesidades fisiológicas del cuerpo humano en cada momento del año.
Por ejemplo:
● En primavera, el cuerpo necesita alimentos ligeros y depurativos que ayuden a eliminar toxinas acumuladas durante el invierno: fresas, espárragos, guisantes, habas, nísperos.
● En verano, cuando hace más calor, nos convienen productos refrescantes y ricos en agua como tomates, sandía, melón, calabacín o pimiento, que favorecen la hidratación y ayudan a combatir el calor.
● En otoño, la naturaleza nos ofrece alimentos más energéticos y reconfortantes: uvas, boniatos, setas, calabazas, granadas, que preparan al cuerpo para el frío.
● En invierno, cuando necesitamos fortalecer el sistema inmune, aparecen alimentos ricos en vitamina C y nutrientes protectores como naranjas, coles, brócoli, espinacas y alcachofas.
Esta conexión con el ritmo de la tierra no es casual, es biológica. La naturaleza tiene su propio calendario y responde a nuestras necesidades de manera sabia y precisa.
🍊 Más sabor, más nutrientes: el regalo de la naturaleza en su mejor versión
Uno de los beneficios más evidentes y apreciables de consumir productos de temporada es que se recolectan en el momento exacto en el que alcanzan su punto óptimo de maduración, tanto en sabor como en valor nutricional. No necesitan cámaras de refrigeración prolongadas, ni madurar artificialmente en tránsito o en almacenes. Son productos que han seguido su ritmo natural de crecimiento, con la energía del sol, la humedad del ambiente y los nutrientes del suelo en su mejor estado.
Más ricos en nutrientes
Los alimentos de temporada contienen mayores concentraciones de vitaminas, minerales y antioxidantes. Por ejemplo:
● Una naranja de invierno tiene más vitamina C y mejor sabor que otra que ha sido conservada meses en frío.
● Las espinacas recogidas en primavera tienen una mayor carga de ácido fólico, hierro y fibra que las mismas cultivadas en condiciones artificiales fuera de temporada.
Este extra de nutrientes se debe a que la planta ha completado su ciclo natural, sin interrupciones ni aceleraciones. Cuanto más natural es su desarrollo, mejor es su valor nutricional.
Más sabor, color y aroma
Seguro que te ha pasado alguna vez: muerdes una fresa en enero y sabe a agua. ¿Por qué? Porque no está en su momento.
Cuando consumes productos de temporada, el sabor y el aroma son intensos, auténticos y naturales. Son alimentos que no necesitan potenciadores de sabor ni aditivos porque ya están en su mejor versión. La textura es más firme, el color más vivo, y cada bocado se convierte en una experiencia real de conexión con el alimento.
En Nutrilife Sevilla lo decimos mucho:
La fruta y la verdura que sabe bien no necesita azúcar, ni salsas, ni disfraz
