En un mundo saturado de información sobre nutrición, es normal sentirse abrumado por los mitos y las fake news. ¿Cuántas veces has oído que el pan engorda o que para perder peso hay que dejar de comer? Estas creencias no solo generan confusión, sino que pueden llevarnos a tomar decisiones poco saludables.

En Nutrilife Sevilla, nos esforzamos por educar y empoderar a nuestros pacientes. Cambiar tus hábitos es un proceso, pero con la información adecuada, es más sencillo de lo que imaginas. Hoy desmentimos algunos mitos comunes y te contamos verdades que marcarán la diferencia en tu salud.

Mentira: Para bajar de peso hay que pasar hambre

Verdad: Pasar hambre no es la solución, ni a corto ni a largo plazo. Aunque pueda parecer una forma rápida de perder peso, someter a tu cuerpo a una restricción calórica excesiva tiene efectos perjudiciales tanto en tu salud física como mental.

Cuando pasas hambre, tu cuerpo entra en «modo de ahorro», reduciendo tu metabolismo para conservar energía. Esto no solo dificulta la pérdida de peso, sino que también puede provocar fatiga, irritabilidad, pérdida de masa muscular e incluso deficiencias nutricionales graves. Además, el hambre constante suele llevar a episodios de atracones, creando un ciclo de frustración y desmotivación.

En lugar de privarte, la clave está en aprender a alimentarte de forma equilibrada y personalizada. Una planificación nutricional adecuada tiene en cuenta tus necesidades individuales: tu nivel de actividad física, tus gustos, tu estilo de vida y tus objetivos. Comer bien significa disfrutar de una amplia variedad de alimentos en las cantidades adecuadas, sin sentir que estás «a dieta».

Imagina poder perder peso sin sentirte limitado, sin ansiedad por la comida y con energía para afrontar tu día. Esto es posible con el acompañamiento de profesionales de la nutrición, quienes diseñan planes específicos que se adaptan a ti y no al revés.

Recuerda, alimentarte de forma adecuada no es sinónimo de sacrificio, sino de cuidado y amor propio. Cambiar tus hábitos no significa renunciar, sino aprender a nutrir tu cuerpo de forma consciente y saludable. La satisfacción de saber que estás haciendo lo mejor por ti no tiene precio.

Mentira: Es bueno bajar mucho peso en poco tiempo

Verdad: Aunque bajar mucho peso rápidamente pueda parecer atractivo, los cambios drásticos suelen ser efímeros y perjudiciales para la salud. Este enfoque no solo dificulta mantener el peso perdido, sino que también puede causar daños importantes en tu cuerpo y bienestar emocional.

Cuando pierdes peso de forma rápida, generalmente lo que estás eliminando no es solo grasa, sino también agua y masa muscular, algo que compromete tu metabolismo a largo plazo. Además, las dietas extremas o los métodos radicales suelen ser difíciles de sostener y provocan un efecto rebote: una vez que retomas tus hábitos habituales, es probable que recuperes el peso perdido e incluso ganes más.

La clave del éxito no está en la velocidad, sino en la constancia. Los cambios graduales y sostenibles son los que te permitirán disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo. Perder entre 0,5 y 1 kg por semana es un ritmo saludable que tu cuerpo puede asimilar sin comprometer su equilibrio. Este enfoque también te da tiempo para aprender y consolidar hábitos que serán la base de tu bienestar futuro.

Adoptar un estilo de vida saludable implica mucho más que bajar números en una báscula. Se trata de mejorar tu relación con la comida, cuidar tu salud física y mental, y encontrar una rutina que se adapte a ti. No hay atajos mágicos, pero sí hay caminos efectivos y reales para sentirte bien contigo mismo.

Recuerda: Lo que realmente importa no es cuánto peso pierdes en un mes, sino cómo te sientes con los cambios que estás logrando. La paciencia y la constancia son tus mejores aliados en este proceso.

Mentira: Los carbohidratos son malos

Verdad: Los carbohidratos no son tus enemigos; de hecho, son esenciales para el correcto funcionamiento de tu organismo. Lejos de lo que muchos creen, eliminarlos de tu dieta no solo es innecesario, sino también perjudicial para tu salud.

Los carbohidratos son la principal fuente de energía que utiliza tu cuerpo para realizar sus funciones diarias, desde caminar hasta pensar. Representan entre el 50% y el 55% de tu ingesta calórica diaria recomendada. Sin ellos, es probable que experimentes cansancio, falta de concentración y un rendimiento físico y mental deficiente.

Lo importante no es evitar los carbohidratos, sino aprender a elegir las mejores fuentes. Prioriza los carbohidratos complejos, que se encuentran en alimentos como los cereales integrales (avena, quinoa, arroz integral), frutas, verduras y legumbres. Estos alimentos liberan energía de forma gradual, manteniendo estables tus niveles de azúcar en sangre y proporcionándote una sensación de saciedad más duradera.

Por otro lado, los carbohidratos refinados, como los presentes en productos ultraprocesados o azúcares añadidos, son los que deberías moderar. Estos no aportan nutrientes de calidad y pueden favorecer picos de energía seguidos de bajones, además de contribuir al aumento de peso cuando se consumen en exceso.

Recuerda: No todos los carbohidratos son iguales, y aprender a diferenciarlos es clave para mantener una alimentación equilibrada. No se trata de eliminarlos, sino de integrarlos de manera consciente en tu dieta, asegurándote de que sean nutritivos y beneficiosos para tu salud.

Mentira: Si sudo mucho haciendo deporte, estoy quemando grasa corporal

Verdad: Sudar no es sinónimo de quemar grasa. El sudor es el mecanismo natural de tu cuerpo para regular la temperatura cuando te ejercitas o estás expuesto a altas temperaturas. Lo que pierdes al sudar es principalmente agua y electrolitos, no grasa corporal.

Aunque puede parecer que bajar de peso rápidamente después de un entrenamiento intenso es un buen indicador, lo que realmente estás viendo es una pérdida de líquidos que se recuperará en cuanto te rehidrates. Este peso fluctuante no tiene relación directa con la quema de grasa, que depende de otros factores como la intensidad, duración del ejercicio y, sobre todo, la energía que consumes y gastas a lo largo del día.

Para quemar grasa corporal de manera efectiva, es importante combinar ejercicio físico regular con una alimentación adecuada. Actividades como el entrenamiento de fuerza y los ejercicios cardiovasculares, junto con una dieta equilibrada, son clave para alcanzar tus objetivos de forma saludable y sostenible.

Además, la hidratación es fundamental durante y después del ejercicio. Mantener un buen nivel de líquidos no solo ayuda a tu rendimiento, sino que también evita problemas como calambres, fatiga y mareos. Un cuerpo bien hidratado funciona de manera óptima y te permitirá aprovechar al máximo

Cambia tus hábitos, no hagas dieta

En Nutrilife Sevilla no creemos en las dietas restrictivas, sino en ayudarte a adoptar hábitos que transformen tu vida. Con el apoyo adecuado y un enfoque realista, puedes alcanzar tus objetivos de forma saludable y duradera.

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